Llevo un tiempo queriendo hacer esto. Escribir negro sobre blanco. O gris más bien. Tenía mucho que decir a las excusas y frenos que me alejaban del ordenador y del teclado, lo cual a su vez me alejaba más del ordenador y del teclado. El caso es que no sé si tendré mucho o poco que decir, pero hoy he decidido dejar de hablar con mis excusas y simplemente empezar a teclear. Empezar por darme la bienvenida a mi propio blog y pulsar «Enter» sin más.
Empezar a disfrutar de algo puede ser tan sencillo como darte permiso a ti mismo con un «¡Bienvenido Diego, éste es tu blog!».
Y también el tuyo.
Lector el que lo lea.