El valor de los principios

Etiquetar a la crisis en la que llevamos años inmersos de «económica» siempre me ha parecido quedarnos en la punta del iceberg.  Para mí siempre ha sido consecuencia de algo más profundo y que viene de lejos, más allá de estas horribles apreturas coyunturales: los principios.

Como consultor y coach, trabajo mucho la reconexión con los valores, el no todo vale, el sí importa el cómo y el para qué haces las cosas. Tanto a nivel empresarial, institucional y personal.

Son un buen criterio para saber si estás haciendo algo «bien» o «mal». Si lo que haces, dices y piensas está en consonancia con tus valores, en general irás por buen camino. Más aún si tienes unos principios psicológicos que engloben los derechos humanos.

Hay una gran masa de ciudadanía, en la que yo me encuentro, que demandamos que sean los principios y no los mercados los que dicten las condiciones de nuestras vidas y nuestros éxitos. Algo habrá de cierto en ello cuando las marcas empiezan a hacer especial hincapié en los valores en sus campañas. En psicología, la publicidad es una buena fuente para detectar necesidades sociales desde la comunicación.

Ahora bien, hay un factor clave: la credibilidad. No basta decir algo para que sea verdad. Hoy, las redes sociales dan la vuelta al paradigma «goebbleliano» y ofrecen argumentos variados para que una mentira no se convierta necesariamente en verdad, por mucho que se repita mil veces.

Como ejemplo reciente, aquí tenemos la última campaña de Bankia, a ver qué te parece:

Después de verla, tengo la sensación de que, más que aportar sus valores, están utilizando los míos. Y no precisamente a mi favor. Suena a lavado de cara, a declaración unidireccional de intenciones fatuas (que ni siquiera permite comentarios en youtube) para hacer lo de siempre con otras palabras. Manipulación incluso desde la inteligencia emocional, sin asumir (ni pagar), las consecuencias de sus acciones.

Requiere tiempo recomponer el jarrón de la confianza una vez que éste se ha roto. A veces, volver a los principios requiere un notorio cambio de paradigma y, sobre todo, hechos reales mantenidos a lo largo del tiempo que demuestren la fe en esos principios. Quizá haya que utilizar otro paradigma para subir el valor de unas acciones que han caído un 90%. Mantener la apuesta aunque ocasione pérdidas económicas temporales. Capitalismo  vale, pero social. Que haga balance no de año en año, sino en plazos más largos. Que permitan crear otras reglas de juego.

¿Utopía?

Como ciudadanos, tenemos más poder del que muchas veces creemos y en el fondo, nos necesitan mucho más que nosotros a ellos. Aquí otro punto de vista de la misma acción:

Y hablando de principios, a modo de homenaje, no podía faltar este vídeo con la espectacular presencia y voz de Pepe Sancho:

Y para ti, ¿los principios son importantes? ¿eres consciente de los tuyos? ¿actúas en base a ellos? ¿cuánto valen?

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