No perdamos el papel

Sí, vale. Las nuevas tecnologías vienen fuerte: móviles que son ordenadores, tablets que son televisiones portátiles y en general una sensación de que avanzamos a un mundo virtual muy, pero que muy real.

Sin querer negar las evidentes ventajas del progreso, reivindico el placer del puño y letra, de los tiempos lentos y el olor y la caricia del papel. Soy de los que disfrutan al peso de libros, por ejemplo me encantan los quintales de letras de Juego de Tronos. También me encanta abrir cartas que no sean facturas o publicidad de home english.

El papel, utilizado de forma respetuosa del medio ambiente, es un bien básico al que no podemos renunciar… Y si piensas que no es así, echa un vistazo a este vídeo:

Ilustrativo, ¿verdad? Hay veces que hay que reconectar con lo más clásico, el progreso no puede ser renunciar a una parte de nosotros mismos. Para mí el papel es más que una hoja, es un símbolo que comunica mucho y espero que me acompañe hasta mi esquela (mítica sección).

Y ya que estoy, si compartes el gusto por lo hecho a mano y con cariño que se refleja de alguno de sus usos y variadas formas, aquí tienes un proyecto que han montado una amigas con las que colaboro:

http://www.reparandoalasrotas.com/productos/

Son coach y expertas en inteligencia emocional, con un punto muy artista, entre otras cosas. El papel del coaching es tan variado como las personas. Para ellas, perfectamente puede ser regalar algo especial de una forma diferente, la alegría de sentir y expresar el cariño de alguien que cuide de ti… apoyar para estar mejor, a modo simpático y juguetón.

¡Mucha suerte y que ese avioncito de papel vuele hasta muy lejos alegrando compañías!

Y a ti, ¿te gusta el papel? ¿qué simboliza?

Publicado en Artículos | Etiquetado , , , , | Comentarios desactivados en No perdamos el papel

El valor de los principios

Etiquetar a la crisis en la que llevamos años inmersos de «económica» siempre me ha parecido quedarnos en la punta del iceberg.  Para mí siempre ha sido consecuencia de algo más profundo y que viene de lejos, más allá de estas horribles apreturas coyunturales: los principios.

Como consultor y coach, trabajo mucho la reconexión con los valores, el no todo vale, el sí importa el cómo y el para qué haces las cosas. Tanto a nivel empresarial, institucional y personal.

Son un buen criterio para saber si estás haciendo algo «bien» o «mal». Si lo que haces, dices y piensas está en consonancia con tus valores, en general irás por buen camino. Más aún si tienes unos principios psicológicos que engloben los derechos humanos.

Hay una gran masa de ciudadanía, en la que yo me encuentro, que demandamos que sean los principios y no los mercados los que dicten las condiciones de nuestras vidas y nuestros éxitos. Algo habrá de cierto en ello cuando las marcas empiezan a hacer especial hincapié en los valores en sus campañas. En psicología, la publicidad es una buena fuente para detectar necesidades sociales desde la comunicación.

Ahora bien, hay un factor clave: la credibilidad. No basta decir algo para que sea verdad. Hoy, las redes sociales dan la vuelta al paradigma «goebbleliano» y ofrecen argumentos variados para que una mentira no se convierta necesariamente en verdad, por mucho que se repita mil veces.

Como ejemplo reciente, aquí tenemos la última campaña de Bankia, a ver qué te parece:

Después de verla, tengo la sensación de que, más que aportar sus valores, están utilizando los míos. Y no precisamente a mi favor. Suena a lavado de cara, a declaración unidireccional de intenciones fatuas (que ni siquiera permite comentarios en youtube) para hacer lo de siempre con otras palabras. Manipulación incluso desde la inteligencia emocional, sin asumir (ni pagar), las consecuencias de sus acciones.

Requiere tiempo recomponer el jarrón de la confianza una vez que éste se ha roto. A veces, volver a los principios requiere un notorio cambio de paradigma y, sobre todo, hechos reales mantenidos a lo largo del tiempo que demuestren la fe en esos principios. Quizá haya que utilizar otro paradigma para subir el valor de unas acciones que han caído un 90%. Mantener la apuesta aunque ocasione pérdidas económicas temporales. Capitalismo  vale, pero social. Que haga balance no de año en año, sino en plazos más largos. Que permitan crear otras reglas de juego.

¿Utopía?

Como ciudadanos, tenemos más poder del que muchas veces creemos y en el fondo, nos necesitan mucho más que nosotros a ellos. Aquí otro punto de vista de la misma acción:

Y hablando de principios, a modo de homenaje, no podía faltar este vídeo con la espectacular presencia y voz de Pepe Sancho:

Y para ti, ¿los principios son importantes? ¿eres consciente de los tuyos? ¿actúas en base a ellos? ¿cuánto valen?

Publicado en Artículos, Vídeos | Etiquetado , , , , , | Comentarios desactivados en El valor de los principios

Experimento cognitivo

Hace unos días me topé con uno de esos vídeos curiosos que circulan por internet que dejan cierto poso. Se me ha venido a la cabeza para realizar un pequeño experimento cognitivo con él y me encantaría que participaras. De cara al coaching y la inteligencia emocional, también la vida virtual nos ofrece aprendizajes que no están en los libros.

Lo mismo lo has visto ya, pero en cualquier caso te propongo que antes de darle al «play», enciendas el modo consciente de tus pensamientos, en formato narrador en tercera persona interior. Es decir, que pruebes a anotar mentalmente la clase de pensamientos que te vienen a la cabeza tal y como surgen, sin juzgar ni ponerles etiquetas de buenos o malos.

Y sin más dilación, el vídeo. Para lo que nos concierne, apenas 2 minutos de atención activa:

¿Curioso? ¿Qué te ha parecido? ¿Con qué clase de pensamientos te has encontrado? ¿Son frecuentes? ¿Actúas en base a ellos?

En mi caso, entretejidas junto con expresiones de sorpresa, curiosidad y cierto apoyo, había otras más enjuiciadores del tipo: «vaya pintas», «menudo pintor de brocha gorda», «sí sí, mucho arte»… incluso un segundo antes de que el autor diera la vuelta al lienzo hubo alguno por ahí de «vamos, igualito… qué artista». Y acto seguido un zas en toda la boca inapelable, sabroso. En mi caso, para los sarcasmos e ironías limitantes.

¡Gracias!

A ver, tengamos claro que tener esta clase de pensamientos enjuiciadores no me convierte automáticamente en un mal pensado. En términos de coaching y psicología cognitiva, es bueno ser consciente de ellos para generar otros más saludables. Sin negar que somos una mezcla de luces y sombras y que tampoco queremos vivir en la casa de la pradera. Precisamente, al ser consciente tendré más poder para contrarrestarlos, limar estas disonancias internas, y actuar en base a otros pensamientos que me permitan mostrar una conducta más efectiva y «ecológica». Por ejemplo, tener algo más de paciencia para esperar hasta el final y que la otra persona pueda mostrar su talento, pues muchas veces no damos ni dos minutos.

Estas tomas de conciencia son muy importantes para empezar a cambiar ciertos comportamientos que no nos terminan de convencer. Los pensamientos son grandes catalizadores de sentimientos y aplicando un poco de psicología, podemos conseguir que éstos no nos desborden y conseguir resultados más satisfactorios. Unir mente y corazón, por así decir.

Y en el otro lado, cuando nos toca hacer de artistas, ante una entrevista de trabajo o una cita, podemos intuir y anticiparnos a posibles pensamientos enjuiciadores de los otros para prevenir reacciones propias… y, como ha hecho el prota del vídeo, jugar con la sorpresa para dejar a nuestro público con la boca abierta.

A modo de muestreo, ¿quieres compartir tus pensamientos, también sin juicio alguno?

Publicado en Vídeos | Etiquetado , , , , | Comentarios desactivados en Experimento cognitivo

¿Quieres media naranja?

Supongo que serás consciente del día que es. Ya se te haya pasado, ya estés denunciando en las redes sociales que este evento lo inventó El Corte Inglés; disfrutándolo con total indiferencia o con todo listo para agasajar como se merece a tu pichurrín, o pichurrina… hay algo que no cambia: es San Valentín, con todo lo que conlleva.

¡Qué bien!

Qué bien.

Qué bien…

Qué… bien.

Qué… ¿bien?

Habrá tantas reacciones como personas pero, habida cuenta de la proliferación de anuncios de portales de búsqueda de pareja, tanto en tv como en facebook, la importancia del amor y sus sucedáneos en nuestras vidas en innegable.

A raíz de una sorprendente rápida toma de conciencia de una coachee y que ayer por la tarde pusieran el Still Loving You de Scorpions en el super… haré caso a la llamada del destino en forma de reflexión acerca del concepto «media naranja», que está arraigado en mayor o menor medida en nuestro inconsciente a través de nuestra educación, reforzada por letras musicales de los top ten y con nombres y apellidos gracias al mundo peliculero de Hollywood.

Aquí me despeino y me quito el sobrero de coach. Porque, personalmente… ¡Me da escalofríos!

El lenguaje es poderoso.

Buscar tu media naranja lleva implícito que eres incompleto por ti mismo y debes buscar en otro eso que te falta. Es una forma de ceder a otra persona el poder de estar bien con quien eres y lo que haces. Así, serás feliz si te dice «sí». Y tremendamente desgraciado si la respuesta es «no». Y ya no digamos lo que pasa si encadenas una racha de calabazas.

Danger.

A su vez, en la otra cara de la moneda, te cargarás con la responsabilidad de completar a otra persona. Responsabilidad que no te corresponde por mucho que quieras a alguien. Y a ver  cuál es la mitad que te ha tocado en suerte… En definitiva, esto agota, aburre y conlleva el riesgo de que te pierdas en el intento.

Seguro que sabes de qué hablo.

A menudo, esto desemboca en conflictos o relaciones tóxicas, basadas en el déficit, en las que a la larga ambos pierden algo aunque a corto plazo obtengan ciertos beneficios . Y es que, desde esta perspectiva, despuésd  del esfuerzo que significa llevar una relación a buen puerto, en la matemática de su éxito, como mucho ambos serán uno.

Frente a la perspectiva del déficit, prefiero la de la potencia. Estar realmente bien con uno mismo y compartirse para crear algo nuevo. 1+1=11. Tú serás tú, yo seré yo y ambos seremos un nosotros con el que disfrutaremos en dos dígitos.

Puestos a ser una fruta, dejémonos de medias tintas. Apostemos por ser una fruta entera. Con sus pepitas y su piel. Y ya puestos, por encontrar otra fruta para hacer una buena y rica macedonia. Claro que sí.

Con un poco de paciencia y trabajo personal para estar completo, el amor es más posible. No me mires con esa cara. Aunque suene cursilón, ¿a quién no le gusta una buena sesión de arrumacos con alguien especial?

Antes de acabar, aquí va un homenaje muy particular para los más romanticones, siguiendo algunos tópicos del género:

Por supuesto, si este día te produce picores o simplemente ni fu ni fa, también puedes reinventártelo para que signifique algo bueno para ti, como proponen desde aquí:

Y si eres de los que piensas que cualquier amor pasado fue mejor… siempre te quedan los Scorpions:

Miiiauuuuuuu.

¿Qué es para ti este día? ¿Eres media naranja o una fruta entera?

En cualquier caso, sé feliz y hasta el próximo post!

Publicado en Sin categoría | Etiquetado , , , , | Comentarios desactivados en ¿Quieres media naranja?

¿Eres o estás?

El que otros idiomas tengan más vocabulario que el castellano no quita para que éste sea rico en matices. Quizá la diversidad cultural dentro de la misma península, amén de tierra allende haya contribuído a ello.

Siempre me hizo gracia la pelea perenne que tienen los guiris con el desglose del verbo «to be» en ser y estar. Sonrío cuando recuerdo a mi amiga Steffie decir «Tu pelo es largo» con un marcado acento holandés. También cuando mi ex americana decía cosas como «Diego está creativo en advertisement».

Parece que incluso nuestros eruditos no dan un criterio claro para aplicar uno u otro y que sea válido para todos los casos. Casi hay más excepciones que reglas. (En este sentido es interesante http://www.wikilengua.org/index.php/ser/estar).

El caso es que esta confusión tiene su traducción en nuestro día a día. Para el post que me ocupa, me quedaré con la acepción:

Ser hace referencia al estado permanente. Es profundo.

Estar hace referencia a estado pasajero.

A pesar de que sobre el papel la diferencia entre ambos pueda estar clara, a menudo abusamos del «ser» para catalogar a las personas que nos rodean. Apenas nos basta un estar en una situación para rebautizar a alguien según nuestro juicio: es simpático, es alegre, es depresivo o es gilipollas.

El famoso mata a un perro y te llamarán mataperros. Extender el estar al ser.

Empezando porque hombre, no mates perros, en los foros de los expertos en estos temas, se dice, se comenta que bastan 7 segundos para etiquetar a una persona. 7 segundos para convertir a alguien en algo que no necesariamente es. Y que normalmente cuesta bastante más tiempo quitar, si es que alguna vez se quita. Hay etiquetas que son tatuajes, otras yunkes tobilleros. Y sin embargo, lo que creeamos que sea una persona, puede no ser lo que es en realidad. Normalmente somos mucho más de lo que mostramos.

Como ejemplo, aquí está un vídeo de lo que sería un robado (ficticio) una personalidad pública controvertida, en su propia casa: Mourinho. Me ha hecho gracia y me ha gustado porque estoy convencido de que la realidad de su ser tiene más que ver con lo que se intuye en el vídeo que con el personaje que vemos en los medios, y que él mismo tanto ha contribuido a construir. Este vídeo podría ser algo muy real:

 

Creo que alguna utilidad verá en el comportamiento altanero, soberbio y polémico que muestra Mou ante las multitudes… pero tengo la opinión de que podría obtener mejores resultados mostrando más su ser que su personaje, pero que se siente cómodo con esas etiquetas. O cree que le aportan algo que él mismo cree que no tiene, como forma de de avanzar en su carrera y hacer frente a cientos de miles de opiniones sobre él.

¿Tú qué crees? ¿Se te viene a la mente alguien que pueda aplicarse este cuento?

Es cierto que las etiquetas tienen su componente adaptativo, pero cuanto menos, merece la pena ser consciente de las que ponemos… a los demás y a nosotros mismos.

Hay etiquetas que nos impulsan, hay otras que pesan y nos lastran. Hay etiquetas tóxicas, aunque suenen «bien» o «mal». Ser «brillante» puede hacer tanto daño como ser «egoísta». Porque si se es, se es todo el tiempo. Siempre. En todas las ocasiones. Y cuando no, es una dolorosa excepción decepcionante o una excepción sospechosa de la que todos desconfían, respectivamente.

Desde la Inteligencia Emocional, las etiquetas bien utilizadas pueden contribuir a que una persona muestre algo que nadie, empezando por él mismo, le ha permitido mostrar. Mal gestionadas, podemos convertirnos en esclavos de las mismas.

Como coach y como persona, a mí me ayuda el saber que puedes estar mostrando cierto comportamiento en una situación determinada o en un contexto, quizá presa de una emoción mal llevada… pero en ningún modo eres así.

El tonto de la clase, el listo de la oficina, el amigo buenazo, el borde de turno, el chulo playa, el pivón, el cachitas, el hipster, la moderna, la creída de la camarera, el desastre del compi de piso… ¿Te has dado cuenta de qué etiquetas tienes? ¿Todas te gustan? ¿Las sientes tuyas? ¿Realmente definen quién eres? ¿O sólo cómo te comportas a veces? ¿Hasta qué punto te convierten en un arquetipo limitante o te hacen crecer?

Y sobre todo, ¿cuánto tiempo eres y cuánto tiempo estás?

Publicado en Artículos, Vídeos | Etiquetado , , , , , , , , , | Comentarios desactivados en ¿Eres o estás?

Puertas que se abren

Un buen post que cuenta la experiencia directa de alguien que es capaz de reinventarse proponiéndose (y logrando) nuevos retos. Hay formas de buscarse la vida más allá de enviar los cv, casi todas empiezan por empezar a pensar y, sobre todo, hacer algo diferente.

Mucho ánimo Benjamín y mantén esa actitud!

Publicado en Sin categoría | Comentarios desactivados en Puertas que se abren

Esto es la risa

Tengo la impresión de que vivimos en un mundo cada vez más serio. Lo veo cuando me conecto al facebook, en mis cada vez más reivindicativos e indignados contactos. Lo oigo en el otrora animado Sanedrín que era el vestuario del gimnasio. Y lo siento en mi propio cuerpo como un rígido corsé con el que a veces estoy más envarado sin darme cuenta.

En muchas ocasiones, la risa parece haber sido relegada a la ironía o al sarcasmo. Suele tener un regusto amargo o ácido. A veces incluso tiene un final teñido de tristeza. Como si reír fuera un acto de irresponsabilidad ciudadana o de insolidaridad. De no estar viviendo en el mundo que vivimos. «¡Con la que está cayendo!». Como si no hubiera razones para ello. Personalmente, aquí tiro de coaching e inteligencia emocional.

Desde aquí reivindico el poder liberador de una risotada porque sí. Reír por el motivo más tonto, de haber alguno. Reír en público hasta parecer tonto. Porque se puede reír sin tomárselo a risa.

Desde aquí me propongo, como mínimo, sacarte una sonrisa. Sin contar nada gracioso y empezando por algo tan serio y que a menudo nos pone de mala leche, los políticos:

Reivindico la risotada espontánea, éstas que se contagian y le dan un giro a tu día. La risa es internacional y es un idioma en sí misma. Es compartir algo primigenio, capaz de hacernos cómplices de auténticos desconocidos.

Incluso en un entorno en el que solemos mirar al techo, mandar whatsapp que no dicen nada o redescubrir la puntera de nuestros zapatos. Y encima con unos tipos tan serios como son los alemanes:

Y es que hasta los franceses ríen:

Si has pinchado en los vídeos y a estas alturas no estás sonriendo, quizá estés pensando «vaya tontería, que me devuelvan mi tiempo». Y a mí lo que me gustaría es devolverte eso otro, la sonrisa.

Entre otras cosas, la risa es una respuesta al estrés, tiene un componente adaptativo y es un buen mecanismo de inteligencia emocional. Cada vez que te ríes activas la válvula de escape de tu olla a presión. Relajas tus músculos y alivias la tensión física, con efectos que duran hasta 45 minutos. Es decir, al reírte ahorrarás una barbaridad en fisios y dormirás mejor.

Además, la risa estimula el sistema inmunológico, lo cual incrementará tu resistencia a enfermedades. También mejora el flujo sanguíneo, lo cual puede proteger contra ataques cardíacos y problemas cardiovasculares. Riéndote serás más productivo en todos los campos de tu vida y vivirás más.

Y, por supuesto, la risa provoca la liberación de las famosas endorfinas, esas sustancias químicas naturales del cuerpo que nos hacen sentir tan bien e incluso pueden llegar a aliviar nuestras dolencias. Así que riéndote, serás más feliz. Y harás a otros más felices.

Esto es la risa. Sin más. Sin sarcasmos ni ironías. No hay dobles sentidos ni aditivos ácidos en el titular. Hay razones para reír, aunque el mundo en que vivimos no nos haga gracia.

¿Cuándo fue la última vez que reíste así?

Publicado en Artículos, Vídeos | Etiquetado , , , , , , , | Comentarios desactivados en Esto es la risa

Hoy, hace un año

Hoy hace un año, don Manuel Fraga Iribarne decidió extinguirse, el gobierno se aprestaba a reformar los convenios sin acuerdo social, Trejo rescataba al Sporting a última hora y empezaba el año chino del dragón.

Incluso con titulares como estos, las noticias que más nos importan no suelen salir en los periódicos. El mío hubiera sido algo así como «Diego retoma su carrera tras la pausa por publicidad».

Y es que hoy hace un año aparqué mi carrera publicitaria, dejé mi trabajo como creativo de multinacional para volver a mi vocación psicológica en formato emprendedor. No voy a entrar de lleno en los motivos que me empujaron a tomar esta decisión, sí diré que sentí la necesidad de que, ya puestos a trabajar jornadas maratonianas, fuera por algo realmente útil para las personas. Y para mí, por supuesto.

De alguna forma, el qué había dejado de importar para dejar al paso al cómo y al para qué. Dejé de ser un zombie publicitario…

58268_578434345516563_1398759273_n

El caso es que hoy se cumple un año de estos primeros pasos y es una buena oportunidad de hacer balance. Pararse un momento a pensar viene bien para sacar conclusiones de lo que te sirvió y lo que no. Las tuyas propias, extrapolables o no al resto del mundo.

A bote pronto y todavía en el proceso puedo decir que las sensaciones son buenas. Es cierto que dinero de momento no hay mucho, pero ya tenía claro que mi éxito no se va a medir sólo por billetes morados. Y además, las perspectiva de futuros son interesantes.

Conclusiones propias después de este año en esto de la emprendeduría que me recuerdo a mí mismo cuando es menester, en un pequeño decálogo. Me gustaría compartirlas, también como ejercicio personal:

1.- Haz acopio de tus talentos. Hay veces que estás tan sumergido en un día a día tan patológico que te deja sin argumentos y llegas a creer que nada más vales para lo que estás haciendo. Y a duras penas. Más aún con esto de la crisis, puede haber un diálogo interior incapacitante que te mantiene anclado a esa zona de confort tan incómoda. Ay virgencita, que no sé hacer otra cosa, que me quede donde estoy. Pasar a la acción es bueno para empezar a ver la situación y a ti mismo de otro modo. ¡Da una oportunidad a la sorpresa!

2.- Dale un sentido a tu carrera. De todos los trabajos y empresas en los que has estado seguro que encuentras algo que fue bueno para ti. Quizá fuera la ilusión del principio o el contacto humano. Encuentra el hilo conductor de tu vida laboral y lo que te aporta para tirar de él. En mi caso, tanto la creatividad, la redacción publicitaria, la psicología y el coaching hablan de una cosa: comunicación. Y puedo desempeñar funciones relacionadas con la comunicación en muchos niveles, mi abanico de opciones se abrió mucho con esta perspectiva.

3.- Ten clara tu meta. Ya. Como si fuera tan fácil. No lo es, pero desde luego es necesario. Yo mismo hice un proceso de coaching y purgué ciertas actitudes, cargas emocionales y pensamientos limitantes a través de la inteligencia emocional. Eso me permitió conocerme más en profundidad, librarme de introyecciones que había hecho mías. Aunar las energías que me impulsaban a alejarme con las que me llevaban adonde realmente quería ir. Tómatelo como un lado práctico de la espiritualidad. Necesitarás estas energías más adelante.

4.- Pasa a la acción. Llevaba dos años sintiéndome un hombre gris, metido en un bucle rutinario en el que la queja no llevaba más que a más quejas. Me sentía pequeño y sin alternativas. Por pasar a la acción vale levantar la cabeza de los titulares y de los cuerpos de texto, empezar a ver alternativas, investigar, ver sensaciones. Y a actuar en base a ellas. En mi caso, opté por apuntarme a un master que me permitiera reconectarme con mi licenciatura en Psicología. Luego ya empecé a hablar con mucha gente y plantear opciones, de esas que dan miedo de lo interesantes que son.

5.- Cuenta con un plan A, B y C. Una vez tengas una base sólida y que tu 100% esté a punto y enfocado en la dirección correcta, busca más alternativas. Una opción es meter los huevos en la misma cesta, dos son un dilema… así que tres es un buen número. Prioriza y sigue recorriendo el abecedario. Yo ya voy por la D.

6.- Haz cuentas. Cabeza en las nubes y pies en la tierra. Al fin y al cabo hay que asumir riesgos y durante un tiempo los ingresos en caja serán fluctuantes en el mejor de los casos. Está bien ponerse una fecha para mantener la apuesta o no. Reorienta tus esfuerzos hacia la productividad a todos los niveles.

7.- Cambia la mentalidad. Esto cuesta. No basta con saber hacer algo bien. La gente no va a venir a paladas según pongas la web o abras las puertas. Hay que desarrollar mentalidad de emprendedor, ser capaz de crear tu propio empleo y venderlo.  Ir más allá de la idea o servicio.  Seguramente esto será de sobresaliente. Enhorabuena, ¡tienes 1/8 de tu empresa! Cierto, esto requiere un post entero. En un futuro.

8.- Colabora, haz alianzas. Es imposible saber de todo. Utiliza más que nunca la primera persona del plural e integra el yo dentro del nosotros. Llegaremos más lejos con alguien que nos puede abrir puertas. Hablar de lo que haces te reforzará y además te proporcionará un valioso feedback de lo que funciona y lo que no. Y cuando colabores, deja claras las condiciones desde un principio para evitar malentendidos y los «yo creí que…»

9.- Haz que las cosas pasen… y deja tiempo para que pasen. No tienes que dejar tu trabajo a la primera de cambio. Quizá puedas compatibilizarlo a base de esfuerzo (doy fe) y tomar la decisión cuando la cosa empiece a rodar. Invertir tiempo es tan importante como el dinero y tener en cuenta que a veces el corto plazo mata al largo plazo. Ten una base suficiente para no ahogarte a las primeras de cambio, y tomar decisiones casi sin aliento. No seas ni caracol ni kamikaze.

10.- Rodéate de gente que te apoye. Parece una tontería, pero los vampiros energéticos existen. Cuando te estás planteando dar un giro a tu carrera, uno de esos giros que conllevan riesgos, hay quien habla desde su miedo y lo proyecta sobre ti y tus esperanzas trabajadas. Como que te pinchan tu globo para que no vueles. Para evitar estas posibles influencias negativas, conéctate con gente emprendedora y verás que tu creatividad fluye, a la vez que tu energía.

Diré que esto último me dio alas y mucho que pensar. Cuando planteé la opción y lo que estaba pensando a mi círculo, en general todos me animaron, casi más contentos que yo. Con razón, ahora duermo mejor y he ganado unos buenos kilos (soy delgadín).

A un año vista, puedo decir que estoy bastante satisfecho con el proceso. El cambio se ha convertido en una constante y me gusta el concepto de buscavidas, con tantos aprendizajes diarios.

Me encanta lo que hago y eso se nota en todos los ámbitos de mi vida. Por supuesto que aspiro a una mayor estabilidad, pero no la considero incompatible con una forma más oxigenada de vivir.

Con esta libertad, puedo aportar mi granito de arena al cambio social y ser feliz, con vistas a un futuro personal sostenible.

Y tú, ¿tienes algún cambio en mente? ¿sabes a dónde dirigir tus pasos? ¿quieres compartir alguna experiencia emprendedora?

Publicado en Artículos, Claves para | Etiquetado , , , , , , , , | Comentarios desactivados en Hoy, hace un año

Me gusta el frío

Hoy tuve una sesión matutina de coaching meteorológico.

Era lo suficientemente temprano para que costara un extra de voluntad hablar de ciertas cosas. Lo suficientemente en punto para otro cigarrillo. Y ahí que bajamos a la calle con lo puesto, mi cliente, yo y la queja.

El lunes ya había pasado, así que fuimos a por el frío. Ése que nos hace temblar por dentro y convierte nuestros dientes en castañuelas desacompasadas. Ése que trae gripes y atascos en las carreteras, ése fantasma sin cadenas.

Ése que pasaba por allí y pagó los platos rotos de un mal inicio de semana de mi coachee. Y hasta aquí, ya vale.

Es bueno sintonizar con la queja, escuchar lo que nos tiene que decir… Y luego ir más allá de las palabras. Introducir matices, acotar.

A mí me gusta el frío. No pasar frío.  El frío da sentido a un montón de actividades que me encantan. El chocolate con churros, tomar el sol de invierno como una lagartija, dar una vuelta por un Retiro refrescante. Un cocido de esos que echan humo.  El crujir de la nieve, los gorros de lana. Entrar en calor en un pub acogedor con una buena pinta negra en la mano. Las llamas hipnóticas de la chimenea. La manta, la batamanta, buena compañía y una buena peli.

Me gusta el frío, aunque sólo sea para recordarme que soy un ser cálido.

No exijo al frío que deje de ser frío. Tampoco le pido que sea calor. Simplemente acepto sus dones y me abrigo para protegerme de aquellos aspectos que menos me gustan de él, para disfrutar al máximo. Porque no puedo cambiarlo, pero sí puedo cambiarme a mí mismo, lo que pienso y lo que hago.

Ser precisos, incluso en nuestros odios, nos permite dar una oportunidad a la sorpresa y tener una visión más amplia de la situación, acercarnos a soluciones impensables a priori. Ser algo más felices.

Hay mucha vida en el frío, sólo hay que saber aprovecharla, con un poquito de cariño, amplitud de miras e inteligencia emocional.

Y a ti, ¿te gusta el frío?

Publicado en Artículos | Etiquetado , , , , , , | Comentarios desactivados en Me gusta el frío

Magia Real

Casi con el día de Reyes a toro pasado y el envoltorio de las Navidades en el cubo de reciclaje, puedo decir que han sido mejor de lo que me esperaba.

IMG_20121231_192249

La mesa ya está puesta

Lo cual no era mucho, cierto. Incluso como psicólogo y trabajadito en lo emocional, soy una de esas personas a la que estas fechas le suelen traer a flor de piel sentimientos de tristeza y melancolía. En muchos momentos tiendo a echar en falta a los amigos que vuelven con sus familias. También echo de menos a mis abuelos. Y ante todo, me echo de menos a mí mismo, a esa parte ingenua y mágica que parece se quedó atrás, mirando a una pared en la oscuridad.

Todo ello aderezado de cierto escozor consumista disfrazado de buenos sentimientos.

Pero digo yo, al margen de tener más o menos razón, que estos sentimientos estén más o menos justificados o lo que sea… ¿qué gano yo con esto? Porque realmente no quiero pasar estas fiestas de un modo tan agridulce a priori o de puntillas, mirando hacia otro lado hasta llegar a la cuesta de enero.

Quiero reír y compartir ilusión como antes, pero no necesariamente con lo mismo de antes. Que las nuevas Navidades crezcan conmigo, porque en realidad la parte que se quedó atrás está muy presente, sólo que encorsetada por esa vocecilla represora que todos sabemos. Para acallarla, no hay nada como avanzar en otra dirección. ¿Pero cuál?

Por fortuna, he tenido la suerte de participar en primera persona en otra experiencia, con una familia que las vive como a mí me gustaría vivirlas: con alegría, pasión, risas y además grandes anfitriones. Y he de decir que han cambiado mi forma de pensar y de sentir estas fechas. Me he dado cuenta de que no basta con vivir para el 25, el 31 o el 6. Como casi todo en la vida, y más desde la psicología, hay que currárselo un poquito y si es con cariño, mejor que mejor.

Según lo que he vivido y observado, algunas claves para una Navidad con una magia muy real son sencillas:

1.- Empezar por permitirnos disfrutar de la Navidad, dar la bienvenida a la alegría de tu niño interior sin cortapisas. Por muy mal que estén las cosas, tenemos derecho a experimentar otras sensaciones, que precisamente nos puedan dar energía para nuevas experiencias más estimulantes. Empecemos por disfrutar el aquí y el ahora.

2.- Decorar la casa para la ocasión. Todo un ritual que puede compartirse la mar de a gusto. Desde poner el árbol hasta desenrollar los cables de las lucecitas intermitentes, pasando por el desfile de vips que pasean por el nacimiento. Es una forma de reactualizar nuestros recuerdos y crear nuevos. Decorar la casa según el gusto de cada uno, estimular nuestros sentidos para ayudarnos a conectar con la realidad de nuestros sueños.

3.- Escribir la carta a los Reyes Magos. Sí, como cuando tenías esos años. Explica que has sido bueno, o casi bueno, o que lo has intentado. Explica esos grandes planes que quieres para ti, para tu familia, tus amigos, y el mundo. Y además pide algo, ya de paso, para ti. Así se lo pondrás más fácil a los Reyes, para que practiquen su magia real del modo más práctico: atinando a la primera con algo que realmente quieres. ¡Te asombrará el juego que da la carta entre Reyes creativos!

4.- Vestirte bien para las grandes ocasiones. Ponte guap@, gústate. Cuando vas a una entrevista, tienes una cita o vas a algún evento importante, te arreglas. Te lo curras, muestras tu mejor cara. Pues aquí igual, no hace falta de ir de smoking o con un vestido de Dior. Tú ya sabes a qué me estoy refiriendo. Crea buen material para unas fotos wow!

5.- Aprovecha para sociabilizar cuanto puedas. Eso sí, pon límites tanto a la pereza como al exceso. Así podrás llegar a la cena de Nochebuena con las pilas cargadas a base de reencuentros energizantes, de los que salen más encuentros. Son buenas fechas para renovar amistades desde el entusiasmo genuino. Búscale el punto bueno incluso a los compromisos que te dan pereza. Esfuérzate en sacar tu alegría y verás cómo serás correspondido. Las sorpresas vienen en formas muy variadas, no sólo en los paquetitos de papel brillante.

6.- Sé un anfitrión atento y un invitado agradecido. Si cocinas bien, ofrécete. Y si no, ofrece tu ayuda. Aporta un algo de ti en la forma que mejor consideres, aunque sean tus sonrisas, tu escucha o algún brindis rico en palabras. Que tu presencia sume (o multiplique).

7.- Rodéate de los que quieres. En algunos casos será tan sencillo como enviar un whatsapp, en otros casos habrás de idear toda una campaña para hacer que alguien que está lejos vuelva como en los turrones Almendro. El esfuerzo merecerá la pena.

8.- Regala una parte de ti. Cada regalo es una oportunidad de demostrar a otra persona que realmente nos hemos esforzado en conocerla, y que estamos contentos de tenerla a nuestro lado. Personaliza tu regalo con algo que muestre además una parte de ti. Es una buena manera de honrar vuestro vínculo.

¿Qué haces tú para disfrutar el lado bueno de las Navidades?

Por mi parte, para el año que viene y con este blog por testigo, me comprometo a ponerlas en práctica con mi propia familia, amén de cualquier mejora que encuentre por el camino. Un poco de magia real que tanta falta hace, con el permiso de Harry Potter.

Y para acabar, como dice un amigo: felicidad todo el año, no sólo en Navidad.

Publicado en Artículos, Claves para | Etiquetado , , , , , , | Comentarios desactivados en Magia Real