RIP RIP Hurra!!

Que la vida es frágil no es ningún secreto. Una tarde como otra cualquiera, sales de trabajar tranquilamente y te dispones a vaciarte una señora birra en el bar de al lado con los colegas, hasta que aparecen dos enajenados que acortan tu vida drásticamente a machetazos.

El fin de tus días se convierte en noticia y cientos de miles de personas, entre atónitas e incrédulas, contemplan cómo uno de tus asesinos habla a una cámara que pasaba por allí, con una pasmosa tranquilidad de palabras ensangrentadas.

Sin querer, te conviertes en otro símbolo anónimo más de nosequé guerra. Y tu vida acaba tan repentinamente como empezó. Con más probabilidades aún si estás fuera de esta burbuja afortunada que es Occidente.

La muerte está en nuestras vidas como una cotidianidad no deseada, un secreto a voces que pasa de puntillas con su guadaña. Para todos los que estamos leyendo esto ahora, la muerte es algo que les pasa a los demás. De momento. Nos basta con hacer zapping vital.

Hubo un tiempo en que abracé el Negro, mucho antes de Juego de Tronos. Subido a lomos del death metal, me costaba aceptar el continuo vida-muerte, un poco encontrar el sentido, el para qué de todo esto.

Sí, ya sé que suena muy filosófico y no, no voy a evangelizar acerca de algún Dios en el que no creo. Pero sí creo en el poder movilizador del propósito y el para qué. Y aquí un vídeo curioso, a ver qué te inspira:

A mí, que la vida es una línea con un principio y un final. Ser realmente consciente de que nuestros días están contados, puede ser una excelente fuente de motivación.

Es como cuando ves por la calle a alguien despeinado y tú te peinas. O cuando ves a alguien encorvado a causa de su chepa y tú te pones recto como un palo. La muerte puede tener este papel, nos espeja la realidad que nos espera, aunque nos asuste porque no somos dueños de ella. Sin embargo, sí podemos ser dueños de lo que hacemos cada día.

Un amigo y compañero de trabajo de mi época publicitaria tiene la fuerte creencia de que un día que pasa es un día menos para hacer algo grande. Y gracias a ello ha progresado mucho en su profesión, que es donde él ha enfocando esa grandeza. Ha recogido premios grandes y está en una agencia de las grandes. Se esfuerza por vivir su grandeza todos los días. Y por supuesto, también tiene sus carencias.

Por mucho que a veces nos empeñemos en lo contrario, somos una simbiosis de luces y sombras. Simbiosis entre impulsos vida y muerte, en un continuo. Porque una relación parasitaria de uno u otro lado, nos puede convertir en un insípido Ned Flanders santurrón o, por el contrario, en una máscara correosa y afilada, ideal para pinchar globos ajenos. El lado oscuro es tentador. A todos nos gustan los «malos» que dan juego, pero cuidado con el exceso de ácido. Quema.

Todos conocemos casos de gente que ha dado un giro importante después de un accidente o una enfermedad grave. También puede suceder cuando lo vemos en la piel de alguien muy querido. Es cuando la vida misma te planta en la cara una pregunta: ¿Si te fueras a morir mañana, seguirías haciendo lo que estás haciendo ahora? Vale, y ahora más allá de esas imágenes de viajes, fiestas y orgías… ¿seguirías haciendo lo que has hecho este último año?

Muchos tememos ese momento que se acerca el final, contemplar nuestra vida y decir: ¡madre, qué desperdicio! Que nos queden muchas cosas por tachar de nuestra lista, si es que tenemos lista. Porque no es fácil saber lo que queremos.

Para ello, con un poco de psicología y creatividad, te propongo un ejercicio: escribe tu propio epitafio en 20 palabras. Así, como suena.

epitafio

Más allá de ingenios y bromas, que si te salen, también. Más que tener un epitafio que sea trending topic en twitter, lo mejor es llegar a algo que sea significativo, importante y concreto… para ti. Por mucho que sea plano y ñoño, si es lo que quieres, vale. ¿Cómo quieres que te recuerden? ¿Qué te gustaría poder decir? ¿Hay algo que quieras dejar? Exprésate en 20 palabras, para que cada una cuente, porque la vida misma es el elegir en qué empleas tu tiempo y tus recursos.

Según como lo plantees, la muerte es sólo el principio… para celebrar el resto de tu vida. Y espero que te quede mucho por delante para hacer realidad  tu epitafio.

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